Ricardo Picó es el autor del libro ‘Ochenta versos escritos en la cola del paro’.
Fuente: Periodico Latino.
Ricardo Picó pasaba horas y horas en la puerta del Inem en busca de un trabajo. Allí hablaba con unos y con otros, gente que como él había perdido su empleo y que tenía una historia que contar. De estas horas en la cola del paro nació el libro Ochenta versos escritos en la cola del paro, un poemario que este ecuatoriano ha ido escribiendo durante seis meses y que ahora espera la oportunidad para publicar.
Los poemas hablan de la cotidianidad, “de aquello que le pasa a la gente común”, explica el poeta.
Un imaginario protagonista, Paco Albañileta, relata las vivencias de las personas que pasan por la cola del paro. El objetivo, como asegura Ricardo es “hacer una protesta de forma positiva y demostrar que los inmigrantes podemos generar buenas noticias, como es la realización de este libro”. Así, define su obra como “un acto para manifestar la inconformidad con un halo de esperanza”, un libro que está plagado de voces irónicas y tonos de humor que adoptan la forma de la rima como en estos versos: “aquel banquero ha venido/me ha embargado la tractora/la verdad estoy perdido/y no sé qué hacer ahora” .
DE EMPRESARIO A PARADO
A Ricardo Picó le ha picado el gusanillo de la escritura, un oficio al que quiere dedicarse tras haber sido empresario en estos los últimos años.
Ricardo llegó a España en 2001, “cuando la famosa crisis del Ecuador”. Allí, en su Guayaquil natal, regentaba una discoteca: “La verdad es que me iba muy bien, tenía 40 personas a mi cargo, pero con la caída bancaria, todo se vino abajo”, explica.
Los inicios en su actual ciudad, Alicante, no fueron fáciles. “Llegué, no había bajado del avión y ya tenía trabajo, de peón de albañil, tirando escombros”, recuerda, y su mirada se ilumina cuando explica que “cuando recibí mi primer cobro, me senté a llorar en una escalera, era un trabajo muy duro”.
A los pocos meses Ricardo había prosperado, decidió hacerse autónomo y con el boom inmobiliario llegó a tener una empresa con 16 trabajadores y muchos encargos. Pero todo eso se deshizo hace un año, justo el tiempo en el que tuvo que cerrar la empresa y engrosar las listas del paro.
Aún así, Ricardo ha tenido suerte ya que, como indica, “no tengo deudas, vivo medianamente tranquilo, tengo pagado el coche y no vivo la desesperación de que se me fuese la hipoteca”.
Mientras llega su oportunidad editorial contempla orgulloso su libro de poemas escrito a las puertas de una oficina que no le ha dado trabajo en un año. Ricardo no desespera y verbaliza otro sueño: recorrer el mundo en una autocaravana.
Que gran Ejemplo de persona y pensar que hay otros por ahí que se dedican a robar y lesionar a los demas.
ResponderEliminarPD: Ricardo Me gustaria conocerlo para ponerme a su disposición le escribire a su email.
Saludos
Gonzalo Arismendi
Desde Colombia gracias Ricardo Por los maravillosos versos recordando a los secuestrados de este país.
ResponderEliminarSomos los niños de la escuela Republica del Ecuador
Bogota.