lunes, 16 de agosto de 2010

LOS VERSOS DE LA SEMANA: El Beso


Por el beso de tu boca
yo cruzaría el mundo entero,
atravesaría los mares
por ese beso que quiero.

Por el beso de tu boca
lucharía contra un dragón
y asesinaría al fantasma
que hoy ronda en tu corazón.

Por ese beso que quiero
no me importaría morir,
porque el besarte en la boca
es el clímax del vivir.

El aliento de tu boca
es la fuerza que me da vida.
Tu carmín enrojecido
al impregnarse en mis labios
me arrebata los sentidos.

Tus dientes en danza loca
se entrelazan con los míos,
preparando así el camino
a mi falo peregrino.

Por un beso de tu boca
me enfrentaría al mundo entero.
Por el beso de tu boca:
aquel beso que yo quiero.

Autor: Ricardo Picó Mora

domingo, 15 de agosto de 2010

LOS VERSOS DE LA SEMANA:El niño socialista


El verdor del arrozal
con el rocío de la mañana,
a lo lejos la casona del patrón
donde sirven mis hermanas.

Mi madre prepara el fuego
los fogones, los sarténes.

Yo corro por los caminos,
salto charcos, hago trenes.

Van llegando los peones
a comer de los fogones.
El patrón pasa en su coche
empolvando los mesones.

En la mesa de aquel viejo,
le espera: pavo y bebidas,
servida en platos de plata
por mis hermanas sufridas.

Él es dueño de la tierra
de las casas, de la gente.
El patrón es casi un diablo
a quien odio intensamente.

Vivas están en mi mente
las marcas de mi niñez:
el llorar de mis hermanas
padeciendo su preñez.

Aquél viejo malnacido
demostrando su ruindad,
tomó de la más pequeña
su luz, su virginidad.

Hoy un niño rechazado
en un presidio se consume,
es el hijo que el patrón
engendró y abandonó.

Los recuerdo de esa infancia
me han llenado de dolores.
Ya el arrozal no es tan verde,
ni las plantas echan flores.

Autor: Ricardo Picó Mora

lunes, 9 de agosto de 2010

LOS VERSOS DE LA SEMANA: La Luz del Unicornio.



Mis sueños y mis anhelos
van quedando en el camino.
Mis amigos traicioneros se alejan
al presentir el final de mi destino.

Siento nostalgia y pesar
al comprobar al andar
que quienes decían quererme
han decidido dejar
hasta de venir a verme.

Aquí en esta cama fría
me paso noches y días
esperando ese final y
el desenlace fatal.

Tan solo el recuerdo de ella
y de aquellos días hermosos
anestesian mi existencia
en mis llantos dolorosos.

Qué tiempos más placenteros
viví siguiendo su huella,
sintiendo su amor sublime,
a la luz de las estrellas.

Sus promesas, sus pasiones
y el recuerdo de sus besos
consuelan mis aflicciones,
recordándola por siempre,
al oír nuestras canciones.

Hoy ya todo está perdido
y ruego que esto termine.
La enfermedad me consume,
ya no quiero sufrir más,
quiero irme como vine.

Siendo pobre y sin riquezas
sin amigos sin dolores.
Sólo llevando el recuerdo
del amor de mis amores.

Prometo quererte siempre,
ya que nunca te he olvidado
y aunque nunca he vuelto a verte,
te he sentido aquí a mi lado.

No ha pasado un solo día
que viva sin recordarte.
Fuiste el amor verdadero
que alimento mi existir
haciéndolo placentero.

Adiós amor de mi vida,
tal vez me lleve el demonio.
Mas yo siempre seguiré
la luz de nuestro unicornio.

Autor: Ricardo Picó Mora
Con Registro en la Oficina de la Propiedad Intelectual

martes, 3 de agosto de 2010

LOS VERSOS DE LA SEMANA: Aguas cristalinas.


Las aguas cristalinas de los ríos
tienen el brillo y el sabor de tu carmín.
Amor de mis amores, la distancia no ha podido
sacarte de mi mente: estás aquí.

Extraña angustia estoy viviendo hoy,
queriendo y no pudiendo estar sin ti.
Tu amor recorre cual torrente por mis venas,
evitando el enterarme no eres buena.

Recuerdo el día fatal que te marchaste,
buscando otro refugio mi lecho abandonaste.

¿Cuál fue mi falla? Aún no lo comprendo,
dónde el error, tampoco hoy lo entiendo.

¿Por qué te fuiste? Si como a un dios yo te adoraba,
¿Por qué te fuiste? Si en cada beso que te daba
mi vida misma con pasión yo te entregaba.

¿Por qué mi amor me has condenado a este dolor?

A este dolor que me hiere y me corrompe,
cual cáncer vivo me destruye y me carcome.
Duro es el golpe que produce la traición,
a no dudarlo tengo muerto el corazón.

Solo deseo que tu nuevo amor
borre la huella que de mi llevaste.
Vive tu vida sin mirar atrás,
pero recuerda que a mi amor mataste.




Autor: Ricardo Picó Mora

Con registro en la Oficina de la Propiedad Intelectual





domingo, 1 de agosto de 2010

LOS VERSOS DE LA SEMANA: Aprendiendo a Amar


El último dolor que me causaste
fue aquella noche triste,
cuando las dudas se fueron de mí.

Que no te amaba me di cuenta,
que no me amabas entendí.

Ese amor inmenso
que me hizo lastimarte un día,
se había ido.

Ese amor inmenso
que te hizo lastimarme a mí
ya no estaba en ti,
también lo comprendí.

¿Por qué nos hicimos daño?
Si en aquel tiempo ambos nos amábamos.

Qué extraña paradoja del destino:
que amándonos entonces nos lastimamos,
y justo ahora, que ese amor no existe
intentamos ser amigos.

¡Y mira tú! con lo mucho
que hay que amar
para hacer amigos
verdaderos.

Hoy que no te amo,
te deseo lo mejor,
ayer cuando te amaba,
de mi mano recibiste lo peor.

Tú hoy que no me amas
deseas que me vaya bien y
ayer cuando me amabas
gritabas enfurecida que
ojalá me arrollara un tren.

Hoy sé que yo sí te amé,
aunque te lastimé,
porque cuando yo te amaba
nuestra cama era pequeña ,
para tanto amor que yo te daba.

Hoy sé que tú sí me amabas
porque en esa misma cama
cuando a mí te entregabas
al besarme parecía que
en mi piel te penetrabas.

Hoy sé que ya no te amo
porque ese deseo que ayer nos inundaba,
lo siento en mí ya ausente.

Hoy sé que no me amas,
porque cuando tú te marchas ,
después del beso de amigos que nos damos,
no miras para atrás, no queda nada.

Hoy sé que no nos amamos
porque el frío cariño que hoy nos damos al
decirnos mutuamente: que te vaya bien,
es solo un deseo sincero sí,
pero sin magia alguna
de cuando éramos amantes
y nos creíamos dueños
tú de mí, y yo de ti.

¡Qué triste historia escribimos tú y yo,
dos buenos amigos hoy!.

Que compartimos sueños
con almas nuevas,
con recién llegados a quienes
por poco que amemos,
intentamos hacer felices,
solo querer, solo aceptar,
en silencio llorar,
no reclamar para
ya no lastimar.

Paradoja del destino nuevamente
en nuestras vidas,
por el maldito miedo
a quedarnos solos.
La última pregunta es mía:

¿Por qué nos lastimamos en el pasado,

si tanto nos amábamos?


Autor: Ricardo Picó Mora


Con registro en la Oficina de la Propiedad Intelectual