No puedo acallar las
injusticias,
no sé, si es por valentía
o tan solo por
indignación.
Quizás sea únicamente el reflejo
de la extrema impotencia
que siento,
pero, reconozco, que,
muero día a día
por hacer escuchar mi voz,
y, por asesinar el
silencio.
Si por expresarme molesto al verdugo,
lo siento,
pero el cómplice disimulo
ya no vive en mí.
Asumo, sí, que muchas veces
por elemental educación
salgo a su encuentro,
pero me es imposible,
ya que el cobarde y cómodo
silencio
nunca está.
Y hoy su huida es la culpable
de, que, quizás en yerro
la gente me grite
valiente.
Derechos de Autor: Ricardo Picó Mora
Felicidades, Ricardito, cada día escribes mejor mi bello amigo
ResponderEliminarLore