El Moro de Alicante...
Con su mirar profundo y desafiante
custodia muy celoso su castillo,
mantiene inmutable su semblante
ante el profano andar del visitante.
Él siente violentado su reinado,
lugar donde otrora, él era el rey.
Hoy mira a tanto infiel por todos lados,
que siente que su misión ha fracasado.
Custodia con cañones invencibles,
las riquezas de su morada inmensa;
con cara de bravura impresionante:
en piedra eterna... El Moro de Alicante
Él observa, vigila y calla siempre,
no tiene mas opciones vive mudo;
de piedra y en su garganta un nudo.
El Moro de Alicante está desnudo.
La gente no lo nota muy feliz,
de lejos le descubren la nariz.
La cara del custodio está muy fría
pues pasa a la intemperie noche y día.
De la ciudad, es el símbolo visible,
tu monumento, de visita imprescindible.
Un castillo te espera en el Levante
custodiado por el Moro de Alicante.
Con su mirar profundo y desafiante
custodia muy celoso su castillo,
mantiene inmutable su semblante
ante el profano andar del visitante.
Él siente violentado su reinado,
lugar donde otrora, él era el rey.
Hoy mira a tanto infiel por todos lados,
que siente que su misión ha fracasado.
Custodia con cañones invencibles,
las riquezas de su morada inmensa;
con cara de bravura impresionante:
en piedra eterna... El Moro de Alicante
Él observa, vigila y calla siempre,
no tiene mas opciones vive mudo;
de piedra y en su garganta un nudo.
El Moro de Alicante está desnudo.
La gente no lo nota muy feliz,
de lejos le descubren la nariz.
La cara del custodio está muy fría
pues pasa a la intemperie noche y día.
De la ciudad, es el símbolo visible,
tu monumento, de visita imprescindible.
Un castillo te espera en el Levante
custodiado por el Moro de Alicante.
Autor: Ricardo Picó Mora
11 de Marzo del 2010
11 de Marzo del 2010
Con registro en la Oficina de la propiedad intelectual
Muy bueno, me ha gustado.
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