lunes, 7 de noviembre de 2011

Recuerdos de un niño socialista


El verdor de un arrozal
hace visible el rocío de la mañana,
a lo lejos veo la casona del patrón
donde sirven mis hermanas.

Mi madre prepara el fuego,
los fogones, los sarténes.
Yo corro por los caminos,
salto charcos, hago trenes.

Van llegando los peones
a comer de los fogones.
El patrón pasa en su coche
empolvando los mesones.

En la mesa de aquel viejo,
le espera pavo y bebidas,
servida en platos de plata
por mis hermanas sufridas.

Él es dueño de la tierra
de las casas, de la gente.
El patrón es casi un diablo
a quien odio intensamente.

Vivas están en mi mente
las marcas de mi niñez,
el llanto de mi hermana
padeciendo su preñez.

Aquel viejo malnacido
demostrando su ruindad,
un día tomó de la más pequeña
su luz, su virginidad.

Hoy un niño rechazado
en un presidio se consume,
es ese hijo que el patrón
engendró y abandonó.

Los recuerdo de esa infancia
me han llenado de dolores.
Ya el arrozal no es tan verde,
ni en las plantas veo sus flores.

Autor Ricardo Picó Mora



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Ricardo