martes, 14 de noviembre de 2017

"Notas a Miguel Hernández"


El Rayo que no cesa
fue tu obra más sublime,
dejasteis huellas eternas
al plasmar en esos versos
tus dolores más terribles.
De un carnívoro cuchillo
nos hablaste,
nos enseñaste con tus letras
las heridas
que las penas, los dolores
y una huida
causaron en tu piel y en tu vida.
Del llanto inmenso en tu alma
por haber perdido
a tu hijo querido.
Ropas con olores,
paños con aromas,
luchas sin calores,
sábanas sin sombras.
Todo lo plasmaste
en el cancionero
aquél que escribiste
como un romancero.
Cantos al mundo nos das
a pesar que ya no estás.
Hoy cuando leemos tus versos
comprendemos tu valor
para superar las penurias,
los llantos y tu dolor.
Un canalla y asesino
intentó acallar tu voz
encerrándote en la cárcel
donde te mató el pesar.
De soldado con valor
y señor de la cultura
a víctima de un tirano
que se endiosó en tu tortura.
Mas sólo encerró tu cuerpo,
pues tu talento inmortal
cual el ave de los cielos
en recorrido triunfal
hoy surca horizontes vivos
para combatir el mal
Donde poetas y actores,
pueblo llano y escritores
rememoran tus dolores
y todos tus sinsabores.
Eres ejemplo de vida
y del poeta ideal,
de aquél que cuenta las cosas
sean espinas o sean rosas.
Con ésta pluma, Miguel,
te revelaré un secreto:
todavía en estos tiempos
hay lobos enfurecidos,
que bajo la piel del cordero
permanecen escondidos.
Minimizan al poeta
para silenciar su voz,
para que esconda su pluma
ante el acto mas atroz.

Autor Ricardo Picó Mora.

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Ricardo