lunes, 12 de diciembre de 2011

LOS VERSOS DE LA SEMANA: EL OLIVAR DE UN NIÑO

¡Las hojas de mi olivo se marchitan
a pesar de que las riego con esmero!
Exclama un viejo labrador por la mañana,
cuando aprecia su olivar por la ventana.

Que un secreto esconde aquello, está seguro.
porque no es normal que su olivar se seque tanto.
Es tierra fértil donde entierra sus raíces,
hasta ha perdido ya los nidos de perdices.

Ya mucho tiempo ha pasado, desde entonces,
cuando sus olivas eran fruto apetecido
los caminantes las tomaban libremente
y por racimo las llevaban sus vecinos.

Qué está muy cerca de la acera él se pregunta
si lo replanta en otro lado, tal vez muera.
su abuelo mismo lo sembró en ese lugar
no será él quien lo termine de matar.

Él se da cuenta: que sus raíces se han quemado,
que un indolente su olivar ha lastimado.
Busca la marca que de niño él labró,
en su olivar su nombre propio él escribió.

Aunque la busca, aquella marca no aparece
el transcurrir de los años la ha borrado.
Es un aviso que la vida de su olivo
junto a la vida de su niño ha terminado.

Autor Ricardo Picó Mora

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Ricardo