viernes, 16 de noviembre de 2012

De una mente blanca, un alma tan negra



Aquel niño extraño besaba a su madre, en esa feliz y tierna inocencia, 
cuando todo pasa y todo se acepta, cuando nada importa y nada avergüenza.
 Aunque él y su madre eran diferentes, esa edad temprana ocultaba un hecho:
 que ese niño extraño siendo hijo de negra, su piel era blanca cual la nieve eterna.

Al pasar el tiempo e ir ya creciendo fue viendo en las manos...en las manos negras, una diferencia
 que antes no había visto o no quería verla. 

Porque ya de niño, un niño en la aldea, le gritó “so blanco”siendo hijo de negra.

Los años transcurren y el pálido joven creció confundido queriendo quererla, 
queriendo amar siempre a su madre negra, a aquella mujer que le dio la vida, 
 que le dio mil besos en su cara blanca, en su cara blanca cual la nieve eterna.

Pero algo en su mente lo aleja de ella, algo que sentía al ver que era el hijo 
de una madre negra. de una madre buena, pero negra, negra.

Al verse ya viejo se preguntó un día por qué estaba solo, por qué vive triste, 
por qué no es feliz y por qué su vida es vida tan negra. 

Para sus adentros exclama en respuesta:
 “que es justo el castigo porque un día cualquiera sintió gran vergüenza
 al saberse que era de piel diferente, de mente brillante pero madre negra”

 (Derechos de Autor Ricardo Picó)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios en breve te responderé personalmente
Saludos

Ricardo